Confinamiento en familia, todo un reto para aprender juntos

Confinamiento en familia

Estamos en un momento extraordinario y único para todos, hace unos días nadie nos hubiera dicho que pasaríamos por una situación de estas dimensiones, y si bien es cierto que el ser humano en situaciones extremas es cuando más responde y puede extraer un aprendizaje de vida.

Por esta razón, me gustaría que pares un momento y te conectes con tu día a día antes del confinamiento:

  • ¿Cómo era tu ritmo de vida?
  • ¿Cómo era el ritmo de vida de tus hijos?
  • ¿Cuántos minutos de calidad dedicabas a tus?
  • ¿Cuándo fue el último día que compartisteis risas juntos o os distéis un abrazo de verdad?

¿Lo notáis? Estamos viviendo en un mundo vacío, el ritmo de vida que llevamos es tan intenso que se nos escapan de entre los dedos los abrazos, las conversaciones profundas, los besos de verdad y las miradas a los ojos.

Y ahora que tenemos tiempo para nosotros, y espero que esté bien de salud, os propongo que aprovechamos este tiempo para hacerlo de calidad y acompañar a los vuestros con presencia.

Y cómo hacerlo, con pequeñas pautas y bien sencillas, volviendo a los básicos.

  • Rutinas: Es posible que estéis haciendo teletrabajo, si es así es básico poder crear unos hábitos donde los padres puedan concentrarse y los hijos/as aprovechen para realizar tareas de la escuela. En el caso de que vuestros hijos/as tengan menos de 36 meses, necesitareis una gran dosis de paciencia y empatía, ya que el nivel de autonomía es escaso y directamente proporcional a la demanda de sus necesidades. Os quieren con ellos, si el pequeño/a es muy dependiente, será de ayuda hacer turnos e intente crear vínculos de calidad.
  • Empatía: Es importante entrar en una dinámica donde pueda explicar abiertamente qué necesita cada miembro de la familia y dar espacio para que se puedan realizar estas demandas.
  • Movernos: No os olvidéis de hacer ejercicio, sea yoga, bailando o haciendo pequeños circuitos con elementos de casa. Cuando realizamos actividad física nuestro cuerpo produce endorfinas y eso impacta positivamente en nuestro estado emocional.
  • 50% espacio vital – 50% «mimitos»: El confinamiento nos obliga a estar 24 horas juntos, esto puede provocar momentos de tensión y angustia, por esta razón es sano poder ofrecer un espacio propio para estar con uno mismo y rebajar la sensación de ahogo, pero a la vez, no nos olvidemos de abrazarnos, hacernos cosquillas y «mimitos», será vital para una conexión sana, reconfortante, donde los niños se sientan protegidos ante tanta incertidumbre.
  • Explicar cómo estamos emocionalmente: Estos días donde la incertidumbre está tan presente, es importante preguntar a los otros miembros de la familia como se sienten. Poder identificar y poner nombre a las emociones, es el primer paso para poder entenderlas, transitar y dar respuesta a lo que estamos sintiendo.
  • Optimismo y gratitud: Es evidente que estamos en un momento excepcional donde estamos saliendo de nuestra zona de confort y la incertidumbre ha ganado terreno en nuestras vidas, y es por esta razón que debemos ser optimistas, creer que todo pasará y aunque sea contradictorio, dar las gracias por esta parada y reestructurar prioridades y valores de nuestro día a día.

Y por último, no me podía despedir de otra manera que no sea con una reflexión, coge papel y lápiz y… Imagínate que ya ha pasado el confinamiento, ¿Cómo te gustaría haberlo pasado? ¿Qué quieres aprender de esta situación? ¿Qué puedes hacer tú para hacer más agradable la convivencia? ¿Cómo sabrás que lo estás llevando a cabo? ¿Qué debe tener vuestro confinamiento para ser un éxito a nivel familiar?

Gracias por estar aquí y abrazar los cambios.

Artículo elaborado para «Sitges Digital»

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