Abraza bien fuerte sus «rabietas»

Abraza bien fuerte sus rabietas

Y es sobre a los 18 meses, que ese bebé precioso con aspecto y alma de ángel empieza a construir su personalidad, y los enfados, rabietas y frustraciones son el canal idóneo para expresarse y pedirte ayuda.

Las rabietas empiezan a aparecer a los 18 meses, pero existen muchos factores que hace que su evolución sean distinta en cada niño/a: su entorno, personalidad, carácter, circunstancias vividas, … y éstas empiezan a disminuir alrededor de los 5/6 años, junto con la maduración del niño/a. El acompañamiento de un adulto será calve para que el niño/a llegue a su etapa madurativa con un buen aprendizaje de la regulación emocional, para ello es importante que el adulto haya hecho un previo trabajo sobre sus competencias emocionales.

Las rabietas siempre tienen una razón de ser, y lo primero que debemos hacer es prevenirlas. Por ejemplo, si un fin de semana nos queremos ir a un parque de atracciones, como adultos debemos ser previsores y conocedores de cómo son nuestros hijos/as: «Si necesitan comer a una hora determinada, si le asustan los ruidos fuertes, si hay una hora que necesita descansar, así que prevenir situaciones desagradables hará que disfrutéis mejor de la actividad y estancia.

En el caso que las rabietas no se puedan evitar, es importante saber “abrazarlas” y tomarlas como un aprendizaje conjunto. Y la pregunta es: ¿Cómo hago para abrazar sus rabietas?, pues bien, con mucho amor y paciencia:

PASO 1.- Consciencia Emocional: Es muy importante saber identificar el tipo de emociones que existe, es por ello que es indispensable trabajar la alfabetización emocional de nosotros mismos y de nuestros hijos/as, para que cuando surjan, saber reconocerlas y abrazarlas.

PASO 2.- Regulación emocional propia: Antes de acompañar en la gestión emocional de un niño/a, es imprescindible que el adulto indague sobres sus procesos emocionales, así será más fácil entender desde qué emoción se está relacionando cuando surge una rabieta o frustración. Es normal que cuando tu hijo está en un momento de carga emocional, nos mueva y nuestras emociones también se disparen, pero como adulto debemos priorizar sus necesidades e intentar que nuestras emociones no interfieran a su demanda.

PASO 3.- Viendo la demanda de amor más allá de la “rabieta”: Muchas veces nos quedamos en lo que los ojos nos muestran, pero es indispensable ver más allá y saber identificar qué necesidades tienen nuestros hijos/as:

  1. Necesidades fisiológicas: Como puede ser hambre, cansancio, fiebre, …
  2. Demanda de amor: Necesidades de atención, celos, frustración, discusión no resuelta, abusos, …

PASO 4.- Validar la emoción del niño/a: Es muy importante dar espacio para que el niño/a exprese lo que siente, sin juicios y abrazando su realidad tal y como la siente. Una vez calmado, sí podemos hablar es de la conducta asociada a la emoción y rectificarla si es necesario, pero nunca juzgar lo que sienten o etiquetarlos por sus emociones: «eres un quejica, eres una llorona, …».

PASO 5.- Regulación emocional del niño/a: Una vez calibrado nuestra emoción e identificado sus necesidades, acompañaremos al niño/a a contactar con su mundo interno, para que pueda manejar y optimizar sus pensamientos, emociones e impulsos. Es ideal acompañarlo/a a que encuentre sus propios recursos para que su emoción pase a ser adaptativa y más agradable.

PASO 6.- Reflexionar y felicitar: Una vez ha podido cambiar la emoción de desagradable a agradable, es un buen momento de poner palabras a lo vivido. Aunque nos parezca que no tiene importancia, hay situaciones se difíciles para ellos/as, así que poder crear una narrativa de lo vivido le ayudará a integrarlo de una forma más natural. Es muy importante extraer un aprendizaje de lo vivido y reforzar su vínculo con sus emociones.

Abrazar las rabietas de nuestros hijos implica un autoconocimiento previo de nuestras emociones, para estar disponibles sin ningún tipo de transferencias.

En el proceso de acompañar a nuestros pequeños/as en su crecimiento y desarrollo, debemos ser conscientes que durante el camino nos surgirán dudas, miedos, preocupaciones, pero debemos reducir la auto presión y pensar que todo aquello que se haga desde el AMOR estará bien. Te invito a leer más sobre el acompañamiento emocional respetuoso.

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